Una coalición de 25 países, incluidos Reino Unido, Francia, España, Italia y Japón, urgió a Israel a detener de inmediato su ofensiva militar en Gaza, denunciando la muerte de cientos de palestinos en puntos de reparto de alimentos y criticando el modelo de ayuda humanitaria israelí.
A través de un comunicado conjunto, condenaron la estrategia de distribución como un “goteo inhumano” que priva de dignidad y agrava el sufrimiento civil.
Los gobiernos firmantes exigieron que Tel Aviv cumpla con sus obligaciones bajo el derecho humanitario y señalaron que más de 800 personas han sido abatidas por fuerzas israelíes mientras buscaban comida, según datos del Ministerio de Salud de Gaza y la ONU.
Mientras tanto, Israel lanzó una ofensiva terrestre en Deir al Balah, atacando incluso instalaciones de la OMS, lo que desató indignación internacional.
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En respuesta, la cancillería israelí rechazó las críticas, alegando que están “desconectadas de la realidad”, y Estados Unidos, a través de su embajador en Israel, calificó la declaración como “repugnante”.
Hamás, por su parte, celebró el pronunciamiento y pidió a los países firmantes traducirlo en acciones concretas para detener lo que denominó una “tragedia humanitaria”. Al mismo tiempo, aumentan los llamados para liberar a los rehenes israelíes secuestrados en octubre de 2023.
La situación humanitaria se agrava: según la ONU, al menos 93 palestinos murieron en un ataque contra una multitud que rodeaba un convoy de ayuda.
La Unrwa alertó de una creciente hambruna y la AFP denunció que sus periodistas en Gaza enfrentan el riesgo de morir de inanición.
Desde el 7 de octubre de 2023, más de 59 mil palestinos han muerto y más de 142 mil han resultado heridos. Israel mantiene bloqueado el acceso a periodistas internacionales y ha anunciado que no renovará el visado del jefe de la oficina humanitaria de la ONU en Palestina.