De acuerdo con el Censo Nacional del Sistema Penitenciario Federal y Estatales 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Michoacán hay 314 mujeres privadas de su libertad en el Centro de Readaptación Social “Lic. David Franco Rodríguez”, mejor conocido como Mil Cumbres en Morelia, y el Centro de Readaptación Social “Lic. Eduardo Ruiz” en Uruapan, de ellas tres de cada 10 no reciben visitas por parte de sus familiares.

La Fundación Manantial, especializada en el cuidado y seguimiento de mujeres en prisión, señala que las mujeres no sólo sufren el estigma asociado a estar en un centro de reinserción social, sino que la falta de acompañamiento durante su periodo tras las rejas trae consigo problemas de salud mental.

Debido a que en Michoacán no se cuenta con prisiones de uso exclusivo para mujeres, en ambos centros penitenciarios donde se encuentran recluidas son segregadas de la población varonil, quienes acaparan el 95 % de las camas disponibles en los 13 centros penitenciarios, divididos en un centro federal, 11 estatales y uno especializado.

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El fenómeno de abandono a mujeres recluidas es un tema que se ha ido recrudeciendo con el paso de los años, en 2022, el coordinador del Sistema Penitenciario del Estado de Michoacán, Ignacio Mendoza, refirió que el 30 % de las mujeres privadas de su libertad son abandonadas por sus familias.

Apuntó que debido a que los centros de reinserción social en donde se encuentran las mujeres son mixtos, se puede observar como los días de visitas, los pasillos se llenan de mujeres y niños en visita a sus maridos y padres, mientras que para las mujeres, las visitas son escasas.

Además de familiares cercanos como las madres y hermanas de las reclusas, las mujeres privadas de su libertad no reciben mayores incentivos en su día a día, por lo que desde el Sistema Penitenciario y el Instituto del Artesano Michoacano se les alienta a realizar manualidades que las mantengan ocupadas y les den un sustento económico.