La Policía Morelia se enfrenta a graves cuestionamientos por su falta de transparencia, a pesar de una inversión de casi 12 millones de pesos del erario público en tecnología de grabación.
La corporación ha sido acusada de ocultar los videos de las bodycams de sus elementos en activo, aún cuando hay múltiples solicitudes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) para revisar casos de abuso policial.
La controversia se intensificó tras un incidente en el que elementos de la policía fueron señalados por gasear a una menor de cinco años.
En respuesta, la CEDH solicitó acceso a los videos del incidente, pero la institución no ha entregado ningún material.
Esta falta de cooperación se ha repetido en diversos casos durante casi dos años, generando desconfianza entre la ciudadanía.
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Los pocos videos que han sido exhibidos públicamente han estado editados, mostrando sólo fragmentos convenientes para la corporación.
La opacidad en el manejo de los videos de las bodycams contrasta con el propósito original de estas herramientas: garantizar la rendición de cuentas y la protección de los derechos humanos.
Organismos defensores de derechos y la ciudadanía continúan exigiendo mayor transparencia y acceso a la información sobre la actuación policial.
La situación plantea serias interrogantes sobre el compromiso de la Policía Morelia con la justicia y el respeto a los derechos de la población, en un contexto donde la confianza en las instituciones es fundamental para el bienestar social.