Adrián López Solís presentó su renuncia como Fiscal General del Estado de Michoacán, cargo que ocupó por más de seis años, marcando el cierre de una etapa en la que enfrentó uno de los periodos más complejos en materia de seguridad y procuración de justicia en la entidad.

La dimisión fue anunciada por el propio López Solís a través de sus redes sociales, donde informó que su separación será efectiva a partir del 20 de agosto, con la finalidad de facilitar un proceso ordenado de entrega-recepción.

En su mensaje, el ahora exfiscal subrayó que, si bien hubo avances significativos en el combate a la impunidad, también reconoció que la dinámica delictiva en Michoacán continúa planteando desafíos persistentes que requieren una constante renovación de capacidades institucionales.

López Solís llamó a fortalecer la coordinación entre autoridades locales y federales para responder de manera eficaz a las demandas ciudadanas en materia de justicia. Afirmó que el momento es propicio para dar paso a una nueva etapa en la Fiscalía, con miras a consolidar los esfuerzos realizados en los últimos años.

Durante su gestión, la institución enfrentó retos como la violencia en regiones de Tierra Caliente, la atención a delitos de alto impacto, y la necesidad de fortalecer el sistema de justicia penal. Si bien hubo críticas y señalamientos, también se reconocieron logros en profesionalización del personal y estructuración interna.

A manera de despedida, López Solís agradeció el compromiso de los agentes del Ministerio Público, peritos, policías de investigación y personal administrativo, a quienes pidió continuar su labor con vocación y responsabilidad.

Finalmente, aseguró que continuará trabajando en favor de la sociedad michoacana desde otros espacios, sin detallar su futuro inmediato. El Congreso del Estado deberá iniciar el proceso para designar a su sucesor en las próximas semanas.