Una nueva disposición de seguridad emitida desde Estados Unidos colocó nuevamente en el centro de atención al espacio aéreo de Venezuela. El gobierno norteamericano pidió a aerolíneas, tripulaciones y operadores civiles evitar cualquier sobrevuelo sobre ese territorio, al considerarlo un entorno de riesgo elevado.

El anuncio se difundió mediante los canales oficiales del presidente Donald Trump y representa un endurecimiento en las restricciones aplicadas hacia la administración de Nicolás Maduro.

La instrucción, dirigida especialmente a compañías con rutas en el Caribe y América del Sur, podría modificar planes de vuelo y obligar a ajustes logísticos en itinerarios que tradicionalmente atraviesan la zona venezolana para conectar Norteamérica con el Cono Sur.

Aunque la advertencia no detalla incidentes recientes, se enmarca en un contexto prolongado de tensiones diplomáticas, sanciones y señalamientos entre ambos gobiernos.

Si bien la autoridad estadounidense suele emitir recomendaciones de este tipo en escenarios de inseguridad, inestabilidad política o fallas en los sistemas de control aéreo, especialistas en aviación consultados en medios internacionales señalan que la categorización de “totalmente cerrado” supone un nivel de restricción poco frecuente.

Advierten que su cumplimiento inmediato por parte de operadores estadounidenses es prácticamente obligatorio y que otros países podrían tomar decisiones similares por precaución.

La medida podría generar repercusiones operativas en aerolíneas que aún utilizaban rutas cercanas al espacio venezolano, además de incrementar costos por desvíos y mayor consumo de combustible. Hasta el momento, autoridades aeronáuticas venezolanas no han emitido una respuesta formal, mientras que operadores internacionales continúan evaluando los alcances técnicos y logísticos de esta nueva advertencia.