Un estudio liderado por el científico climático Michael E. Mann y publicado en la revista PNAS advierte que las nor’easter, conocidas como supertormentas del noreste de Estados Unidos, se han vuelto 20 % más destructivas en comparación con hace 80 años.
Este tipo de fenómenos ha intensificado su velocidad de viento en un 6 % y sus precipitaciones en un 10 %, debido al calentamiento del aire y los océanos.
Las nor’easter se forman en la costa este de Norteamérica, con mayor frecuencia entre septiembre y abril. Se alimentan de la interacción entre el aire frío del Ártico y el aire cálido del Atlántico, causando lluvias torrenciales, intensas nevadas, vientos huracanados e inundaciones.
Aunque pueden ocurrir en cualquier época del año, su impacto más severo se registra durante el invierno.
El análisis, basado en datos históricos y en un algoritmo que rastreó 900 supertormentas entre 1940 y 2025, reveló que estas tormentas representan un riesgo creciente para las ciudades costeras del noreste de EUA.
La científica Jennifer Francis advirtió que subestimar el peligro de inundaciones podría ser costoso y llamó a una preparación proactiva frente a estos eventos climáticos extremos.
Entre las nor’easter más devastadoras se encuentran la del “Miércoles de Ceniza” en 1962, la “Tormenta del Siglo” en 1993 y el “Snowmageddon” de 2010. Si bien México no se ve afectado por estas tormentas, el fenómeno representa una muestra más de cómo el cambio climático está alterando los patrones meteorológicos globales con consecuencias graves para regiones vulnerables.