Los desechos espaciales, comúnmente conocidos como basura espacial, constituyen un problema en la órbita terrestre.
Esos fragmentos, que provienen de objetos elaborados por el ser humano, incluyen restos de cohetes, satélites inactivos e incluso herramientas perdidas durante misiones.
Recientemente, un equipo de investigadores reveló que los escombros generados por una misión de la NASA podrían desencadenar la primera lluvia de meteoritos creada por la intervención humana.
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Se originó en septiembre de 2022, cuando la NASA llevó a cabo su Prueba de Redirección Doble de Asteroides, un experimento en el que la agencia estrelló una nave contra Dimorphos, una pequeña luna que orbita el asteroide Didymos. El objetivo era evaluar una tecnología que podría ser utilizada para desviar asteroides que amenacen a la Tierra.
El impacto masivo, según estimaciones científicas, lanzó al espacio más de mil toneladas de rocas y polvo; ahora, un nuevo estudio indica que los fragmentos de Dimorphos podrían llegar tanto a la Tierra como a Marte en un plazo de diez a treinta años, generando lluvias de meteoritos que podrían prolongarse hasta por un siglo.
Los investigadores advierten que las partículas que caerán del espacio serán mayormente pequeñas, variando desde el tamaño de un grano de arena hasta el de un teléfono inteligente, por lo que las partículas no representarán una amenaza para la vida.
En respuesta al incremento de desechos en el espacio, la NASA ha implementado diversas normativas de diseño, encaminadas a garantizar que los satélites y cohetes sean desechados de manera segura al final de su vida útil.