La tormenta tropical “Dalila” dejó un saldo de más de 30 estructuras turísticas colapsadas o con severos daños en playas del litoral michoacano, particularmente en zonas como Playa Eréndira, Caleta de Campos y Playa Jardín.
Las afectaciones van desde desprendimientos parciales hasta cimientos comprometidos en palapas y enramadas que constituyen la base económica de decenas de familias.
A tres días del paso del fenómeno meteorológico, mujeres propietarias de estos espacios han iniciado las labores de evaluación y reconstrucción. Los costos por palapa podrían alcanzar entre 15 mil y 30 mil pesos, debido principalmente al encarecimiento de materiales como los polines.

El titular de Sectur, Roberto Monroy García, informó que se analiza la posibilidad de ofrecer apoyos financieros mediante esquemas de crédito, aunque reconoció que los recursos directos, como los entregados tras el sismo de 2022 —que superaron los 9 millones de pesos—, no están previstos para este tipo de contingencias.
La temporada de ciclones sigue activa y se anticipa la posible llegada de un nuevo sistema que podría intensificarse a huracán categoría 2, con impacto en la costa de Guerrero y potencial afectación a Michoacán.
Funcionarios estatales señalaron la necesidad de establecer políticas de prevención más efectivas, pues cada año se repiten los daños sin que existan soluciones estructurales para proteger la infraestructura turística tradicional, muchas veces sin cimientos formales ni medidas de mitigación.
Mientras tanto, las comunidades costeras se preparan para un posible nuevo embate, en medio de pérdidas materiales que comprometen sus ingresos y estabilidad laboral.