A pesar de que decenas de víctimas de los granadazos del 15 de septiembre del 2008 en Morelia aún padecen de las heridas, de la falta de justicia y reparación del daño, la postura del alcalde Alfonso Martínez para las fiestas patrias de este año es no voltear al pasado.
Tras ser cuestionado sobre la viabilidad de las fiestas patrias en el contexto de crisis de extorsión que se vive en la región de Tierra Caliente y Uruapan, el panista aseguró que eso no influye en Morelia y que los atentados de 2008 “son cosa del pasado”.
“Yo creo que eso ya quedó en el pasado. Por supuesto que estamos en condiciones de tener las fiestas patrias como el año pasado con mucha tranquilidad y ánimo de participar. Habrá muchos eventos y pueden ver cómo hay una cantidad muy importante”, explicó.
Año con año, las víctimas del atentado han señalado el olvido en el que han caído por parte de los gobiernos locales; la impunidad ha sido la realidad con la que han tenido que vivir los cientos de afectados y las familias de las víctimas mortales.
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La realidad es cruda para las víctimas: no hay ni un detenido a pesar de que las imágenes del atentado dieron la vuelta al mundo aquel 15 de septiembre de 2008.
Fue durante la tradicional verbena popular, a pocos segundos de que concluyera el grito del exgobernador Leonel Godoy, en las inmediaciones de la Plaza de Armas del Centro Histórico de Morelia. Lo que parecía ser un festejo normal, se convirtió en la pesadilla para miles de personas.
En 2019, un juez federal absolvió y ordenó inmediata libertad para las cuatro personas que fueron encarceladas por el atentado de 2008; uno de los argumentos fue la violación de los derechos humanos y la presunta fabricación de pruebas.
Los presuntos autores materiales fueron detenidos en Apatzingán, Michoacán, a pocas semanas de los atentados, y según la información de las dependencias de procuración de justicia, “declararon ante esta autoridad federal haber sido quienes detonaron granadas de fragmentación contra las personas reunidas”.