La presidenta municipal de Apatzingán, Fanny Arreola Pichardo, confirmó que continúa el éxodo de habitantes en diversas comunidades del municipio, particularmente en la zona de El Guayabo, donde desde julio de este año más de 300 personas decidieron abandonar sus hogares a consecuencia de los enfrentamientos entre grupos del crimen organizado.
“Registramos una salida importante de personas, que teníamos ubicadas en domicilios con familiares aquí. Finalmente, nosotros aspiramos a tratar de generar condiciones para que regresen a sus lugares de origen”, señaló la alcaldesa.
Sin embargo, reconoció que únicamente un 25 por ciento del total de las personas desplazadas ha retornado a sus comunidades. El resto, dijo, ha decidido permanecer en otros lugares, ya sea en el extranjero o en las cabeceras municipales, principalmente en Apatzingán y Morelia, buscando condiciones de seguridad y estabilidad.
A pesar de la presencia de fuerzas de seguridad estatales y federales, Apatzingán sigue envuelto en una ola de violencia que ha afectado severamente a la población y a los sectores productivos. Uno de los hechos más recientes que refleja la situación en la región de Tierra Caliente fue el asesinato de Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán (ACVA), quien en múltiples ocasiones denunció las extorsiones y amenazas que enfrentan los productores de limón.
El joven empresario fue encontrado sin vida el pasado 20 de octubre al interior de su camioneta, sobre la carretera que conduce a Apatzingán, con signos de violencia. De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), Bravo Manríquez recibió un disparo en la cabeza.
Tras su homicidio, organizaciones agrícolas, empresarios y figuras políticas condenaron el crimen, exigieron justicia y solicitaron un reforzamiento urgente de la seguridad en la zona.
La alcaldesa Fanny Arreola lamentó profundamente el asesinato del líder citricultor, a quien describió como una persona comprometida con su gremio. Reconoció además que, pese a los esfuerzos coordinados entre autoridades locales, estatales y federales, el Estado se ha visto rebasado por la magnitud de la violencia que azota la región.
“Bernardo fue un líder que siempre levantó la voz por su sector. Es lamentable lo que estamos viviendo. Hemos insistido en que se requiere una estrategia de seguridad más contundente para devolver la tranquilidad a nuestras comunidades”, expresó.
Arreola Pichardo aseguró que el ayuntamiento mantiene comunicación constante con las familias desplazadas para ofrecer apoyo y acompañamiento, aunque admitió que la prioridad sigue siendo garantizar condiciones reales de seguridad que permitan su retorno seguro a sus hogares.