El lunes 4 de septiembre, el gobernador priista del Estado de México, Alfredo del Mazo, rindió su último informe de gobierno, y entre los invitados especiales estuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador; ante eso, el dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, manifestó que se analizará la posible expulsión del gobernador mexiquense.
“Alito” argumentó que el motivo es la “sumisión” que ha tenido Del Mazo con el presidente, además de que declaró que el propio gobernador enfrenta varias quejas al interior del PRI, y que la posible expulsión tendrá que tramitarla la Comisión de Justicia Partidaria del partido.
En el informe de gobierno de Alfredo del Mazo también estuvieron presentes algunos personajes ligados a la Cuarta Transformación, sin embargo, ni Alejandro Moreno ni otros representantes de tricolor estuvieron presentes.
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“Alito” reveló que se abstuvo de asistir al informe debido a que no comparte la visión de Del Mazo, y que no es la primera vez que el gobernador muestra una actitud de sumisión ante el Gobierno Federal, ya que tienen “muchas pruebas y estaban a la vista de todos”.
Los problemas entre Moreno y Del Mazo iniciaron después del fracaso priista en las elecciones estatales del 6 de junio, en las que el PRI perdió la gubernatura después de casi 100 años de hegemonía.
Ante dicha situación, “Alito” acusó al mandatario estatal de traicionar al partido y favorecer la victoria morenista.
En respuesta, Alfredo del Mazo negó haber entregado el estado, y que lo único que acordó fue que las elecciones fueran imparciales, “Eso es absolutamente falso, en todo momento estuve yo pendiente de la candidata Alejandra del Moral”, aseguró.