La Organización de las Naciones Unidas ha enviado una comunicación oficial al Gobierno de México expresando “profunda preocupación” por la legalidad, los derechos humanos y la viabilidad climática de los megaproyectos de gas fósil licuado (GFL) propuestos en el Golfo de California, conocido como “el Acuario del mundo”.
La intervención de la ONU, ocurrida tras una solicitud de comunidades y organizaciones civiles de la región, advierte que ignorar su llamado implica “asumir un costo político, ambiental y ético irreparable”.
El Riesgo Climático y el Incumplimiento Legal:
La carta, firmada por nueve relatorías especiales, señala que la instalación de cuatro terminales de gas (Saguaro Energía, Vista Pacífico, AMIGO LNG y GNL Cosalá) y dos gasoductos (Sierra Madre y Corredor Norte) podría convertir a México en el cuarto exportador mundial de GFL.
Este masivo plan de expansión fósil pondría al país en riesgo de incumplir el Acuerdo de París, el Acuerdo de Escazú y su propia Constitución.
La ONU advierte sobre:
Daño Ambiental: “Profunda preocupación por las emisiones previstas de gases de efecto invernadero, la contaminación tóxica, la alteración de los ecosistemas”.
Violación de Derechos: Posible afectación a derechos fundamentales como la alimentación, la salud, un ambiente limpio y el desarrollo de las comunidades.
Las organizaciones civiles firmantes han asegurado que, con esta notificación, México queda bajo “escrutinio internacional formal”. Por ello, han exigido a la presidenta Claudia Sheinbaum y autoridades ambientales revocar autorizaciones otorgadas “irregularmente” y detener la expansión fósil en la región, alineando la política energética con la transición justa.
La advertencia de la ONU subraya que “México tiene hoy la oportunidad de romper el guion fósil y demostrar que su compromiso climático es real”.