Tras el colapso de un puente, ocurrido el domingo 22 de diciembre en Brasil, las autoridades emitieron una alerta a la población al confirmarse que tres camiones cisterna que habían caído al río transportaban ácido sulfúrico y pesticidas agrícolas, lo que incrementa el riesgo de intoxicaciones, quemaduras y otros problemas de salud.

El accidente en el puente Juscelino Kubitschek provocó también la caída de tres motocicletas y un automóvil al río Tocantins, así como la muerte de una persona. Además, dejó 15 desaparecidos, entre ellos dos niños.

Las autoridades advirtieron de graves riesgos de contaminación del agua y pidieron, especialmente a las comunidades ribereñas, evitar cualquier contacto con el río.

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El Departamento Nacional de Infraestructura de Transportes (DNIT) inició las evaluaciones correspondientes para determinar el alcance de los daños y planificar la reconstrucción del puente.

Por su parte, el gobernador de Tocantins, Wanderlei Barbosa, habló con el ministro de Transportes, Renan Filho, para que se declare el estado de emergencia.

Mientras que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo seguir “con mucha atención” los acontecimientos y envió un “sentido pésame” a las familias de las víctimas.