El presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, calificó como ridículo el mitin al que convocó la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, el domingo 9 de marzo para protestar en contra los aranceles que amaga con imponer el mandatario de los Estados Unidos, Donald Trump.

En entrevista colectiva, el alcalde no solamente informó que no apoya dicha movilización, sino que se mofó de esta medida y señaló irónicamente que seguramente el presidente norteamericano “se encuentra preocupadísimo” por esta acción de Morena.

“Le digo a Donald Trump que si no quita los aranceles, Morena le va a hacer otra marcha. Yo creo que ya se deben de estar alistando, porque esa manifestación que se va a hacer en el Zócalo va a retumbar hasta la Casa Blanca”, expresó entre risas.

Ya en un tono más serio, consideró que el tema no se va a resolver con marchas o dinámicas de solidaridad entre mexicanos, sino que se debe ser inteligente para contrarrestar las políticas de Donald Trump, quien, desde su percepción, solamente está obedeciendo a intereses económicos.

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En este sentido, manifestó su afinidad a la propuesta que ha expresado el senador Ricardo Anaya, quien propone una estrategia de imponer aranceles a productos que afecten directamente a los votantes de los congresistas republicanos, esto con la finalidad de generar presión interna que obligue a Trump a reconsiderar su postura.

Por otra parte, a excepción de la movilización del próximo domingo, el edil moreliano indicó que le ha gustado cómo ha manejado la problemática la presidenta de México, aunque aclaró que podría mejorar si se llama a la oposición a una mesa para cerrar filas.

“Ahí se vería el cómo nos unimos como mexicanos a enfrentar este problema. Yo quisiera ver ya al Gobierno Federal volcado en Comunicación Social invitando a todos a consumir lo que se produce aquí, y yo aprovecho en Morelia para decirles a los morelianos que consumamos local”, subrayó.

Martínez Alcázar añadió que es complicado cambiar de hábitos de un día para otro, pero remarcó que se pueden ir haciendo modificaciones de a poco, sustituyendo las empresas transnacionales por los tianguis o las tiendas de los barrios.