Luego de que comuneros de Arantepacua se manifestaran a las afueras de Casa Michoacán y derribaran una de las puertas de acceso, el presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, expresó que él siempre estará de acuerdo con la libertad de expresión pero no con el libertinaje.

En entrevista, el alcalde se dijo en desacuerdo con el actuar de los pobladores de la comunidad indígena, quienes también lanzaron vallas y utilizaron bombas molotov para expresar su inconformidad.

Asimismo, el edil consideró que es preocupante que se presenten movilizaciones de este tipo, aunque reconoció que en la administración del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla disminuyó la protesta social.

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La queja de los habitantes de Arantepacua gira en torno a que no fueron atendidos por el mandatario estatal, a quien le querían hacer ver su descontento por el retraso en la construcción de un hospital en la localidad, así como la falta de otras obras educativas y deportivas.

Martínez Alcázar hizo un llamado a que se privilegie el diálogo para que se solucione el conflicto, y que este tipo de manifestaciones solo sea una excepción y no se vuelva algo frecuente en la ciudad.

Y es que el jefe de la comuna moreliana argumentó que incidentes de esta índole terminan por manchar la imagen de Michoacán y a sus posibles inversionistas, incluido a la capital, la cual recientemente fue seleccionada como polo de desarrollo económico.