En un informe publicado recientemente, Amnistía Internacional (AI) criticó las políticas migratorias en Estados Unidos, calificándolas de “obsoletas y crueles”, y advirtiendo que han causado daños irreparables a refugiados, solicitantes de asilo e inmigrantes.
La organización enfatizó que “las políticas fronterizas de Estados Unidos no están funcionando para nadie”.
El informe subraya la inacción del Congreso y la dependencia de medidas “crueles de disuasión, aplicación de la ley y detención”, que han desencadenado violaciones graves de las leyes estadounidenses e internacionales de derechos humanos y de refugiados.
AI sostiene que ese enfoque ha generado un sistema roto, que se enfrenta a retrasos, abusos y un sufrimiento humano intolerable.
Los inmigrantes y aquellos que buscan asilo, según el informe, se encuentran en situaciones extremadamente vulnerables, a menudo enfrentando abusos y, en algunos casos, la muerte en los centros de detención.
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Las condiciones en dichas instalaciones son alarmantes, con reportes de atención médica deficiente, higiene inadecuada, hacinamiento extremo y un uso generalizado del aislamiento.
En respuesta a la crisis, la oficina de Amnistía Internacional en Estados Unidos ha desarrollado un Plan de Derechos Humanos para la Frontera, que denuncia la “demonización” de inmigrantes y solicitantes de asilo, advirtiendo que dicha retórica solo ha catalizado la implementación de políticas crueles y racistas.
Amnistía Internacional hace un llamado urgente a dejar atrás los estigmas que rodean a los viajeros irregulares y a garantizar que todos los individuos tengan acceso al proceso de solicitud de asilo sin importar su forma de ingreso al país.
Finalmente, el informe aboga por la modernización de los puertos de entrada y la inversión en capacidades para permitir que las personas ingresen de manera segura y ordenada, facilitando así un procesamiento rápido y evitando que los migrantes se vean obligados a arriesgar sus vidas al cruzar por rutas peligrosas controladas por actores criminales.