El pasado lunes 28 de abril, España vivió el mayor apagón eléctrico de su historia, afectando a cerca de 50 millones de personas y provocando consecuencias económicas significativas.
Caixa Bank, uno de los principales bancos del país, estimó que el corte de suministro redujo en alrededor de 400 millones de euros el Producto Interno Bruto (PIB), lo que representa una disminución inferior a una décima de punto porcentual en el balance trimestral.
De acuerdo con un informe preliminar del banco, el gasto de consumo de los hogares se desplomó ese día un 34 %, según el análisis del uso de tarjetas bancarias, compras en línea y retiros de efectivo.
No obstante, esa caída fue parcialmente compensada en los dos días siguientes, lo que situó el descenso neto en torno al 15 % frente a un lunes típico de esta época del año.
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El apagón ocurrió a las 12:33 y se extendió durante un periodo de entre seis y 16 horas, afectando también a Portugal.
Entre los sectores impactados estuvieron el transporte público, las telecomunicaciones, el comercio y la industria. Hasta el momento se desconoce la causa exacta, aunque el gobierno español no descarta un posible ciberataque y mantiene bajo investigación a las seis principales compañías eléctricas del país.
Pese a este incidente, las proyecciones económicas para España siguen siendo positivas. Se prevé que el país crezca un 2.6 % en 2025, y un 2.2 % en 2026, lo que lo colocaría nuevamente como la economía con mayor expansión de la zona euro.