Un paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) y las dos Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA) paralizó Argentina en rechazo al plan de ajuste de Javier Milei, el más grande que se haya conocido.
Los trenes, el metro, cientos de vuelos y bancos se vieron afectados por la medida, que contó con una adhesión masiva de trabajadores de todo el país.
A pesar de las amenazas del gobierno de descontar el día a los trabajadores de la gestión pública, la protesta se llevó a cabo de manera pacífica y contundente.
En las calles, miles de personas y familias enteras se manifestaron en contra de las políticas económicas que han llevado a un deterioro generalizado de las condiciones de vida.
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El gobierno sufrió otro golpe con la suspensión del debate en el Senado de la llamada Ley de Bases, que busca flexibilizar las condiciones laborales y otorgar amplios poderes al Ejecutivo.
La iniciativa, que ha generado fuertes críticas por parte de la oposición y de diversos sectores de la sociedad, será discutida nuevamente la próxima semana con gran incertidumbre para el oficialismo.
El secretario de Comunicación de la CTA, Enrique Rositto, expresó que la protesta es contra un modelo económico de exclusión que ha empobrecido a la mayoría de la población desde la asunción del presidente ultraderechista Javier Milei.
Además, se han conocido nuevos acuerdos con Estados Unidos que comprometen la soberanía nacional, generando preocupación en la ciudadanía.