LAnte el alarmante repunte de violencia en Michoacán, el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, insistió en la necesidad de abrir espacios de diálogo incluyentes, incluso con quienes forman parte de los grupos criminales que operan en el estado.

Durante su conferencia dominical, el líder religioso reconoció que la entidad registra al menos cuatro homicidios diarios, de acuerdo con cifras recientes de la Fiscalía General del Estado, y lamentó que la violencia continúe cobrando vidas a pesar de los esfuerzos institucionales.

“Es necesario generar espacios donde podamos escucharnos, organizarnos y buscar alternativas de solución, incluso con quienes forman parte de la violencia”, declaró el arzobispo, al reiterar su llamado a la construcción de una paz con justicia social.

Garfias reveló que ha sostenido encuentros con sacerdotes de Zitácuaro, una de las regiones más golpeadas por el crimen organizado, para convocar a una reunión en la que participen autoridades locales, estatales y, si es posible, el gobierno federal. Su propuesta también contempla la creación de comités municipales por la paz y la reconciliación, integrados por representantes de todos los sectores sociales.

El llamado del prelado se da en un contexto donde comunidades enteras en Michoacán enfrentan el control del crimen organizado, desplazamientos forzados, extorsiones y homicidios. En distintas regiones, la presencia institucional es limitada o nula, lo que ha generado intentos de la sociedad civil y la Iglesia por construir soluciones desde lo local.