Una ráfaga de disparos rompió el silencio la noche del jueves en la colonia Presa de Los Reyes. Dentro de una vivienda modesta, ubicada en la calle Presa Miguel Alemán, un hombre fue ejecutado de dos tiros a quemarropa. Tenía 35 años. Vivía solo. No hubo testigos dispuestos a hablar. Solo una certeza: los agresores sabían exactamente a quién buscaban.

El ataque ocurrió cerca de la vialidad Lázaro Cárdenas, en una zona donde el miedo y la desconfianza se han vuelto parte de la rutina diaria. Según fuentes policiales, al menos dos hombres armados irrumpieron en el domicilio, descargaron sus armas y huyeron sin ser interceptados.

Elementos de la Policía Morelia llegaron minutos después, alertados por vecinos que prefirieron mantenerse al margen. La escena fue acordonada, y los peritos de la Fiscalía de Michoacán marcaron los casquillos esparcidos en la entrada, mientras el cuerpo era retirado por el Servicio Médico Forense sin ceremonia ni despedida.

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La Fiscalía ha iniciado una carpeta de investigación, aunque hasta el cierre de esta edición no se reportaban avances, ni detenciones, ni móvil confirmado. La identidad de la víctima, filtrada por familiares, es José Luis C., pero las autoridades aún no han hecho público el dato.

Este homicidio se suma a una secuencia de hechos violentos que han marcado la historia reciente de Presa de Los Reyes: ejecuciones, cuerpos abandonados, desapariciones.

El asentamiento irregular, surgido hace más de dos décadas en las periferias de la ciudad, se ha convertido en un punto ciego para los cuerpos de seguridad. En mayo de 2022, padre e hijo fueron asesinados dentro de una vivienda contigua. En octubre del año pasado, otro hombre cayó muerto de un balazo en la cabeza a menos de tres cuadras de donde ocurrió este último crimen.

Morelia suma al menos 11 homicidios en lo que va del mes. A pesar de los operativos, los patrullajes y las conferencias de prensa, la estadística no se detiene.