Un potente atentado suicida estremeció este martes en Islamabad, Pakistán, dejando al menos 12 muertos y 27 heridos frente a un tribunal de distrito. La explosión, ocurrida al mediodía, desató el pánico entre cientos de personas que acudían a audiencias y oficinas cercanas.

De acuerdo con el ministro del Interior, Mohsin Naqvi, el atacante intentó ingresar al recinto judicial, pero al ser interceptado detonó los explosivos que portaba junto a un vehículo policial estacionado frente al acceso principal. La onda expansiva se sintió a varios kilómetros y provocó destrozos en edificios y automóviles de la zona.

“No logró entrar al tribunal, por lo que dirigió el ataque contra un vehículo de la policía”, declaró Naqvi, quien no descartó la participación de milicianos vinculados al Talibán paquistaní ni de “elementos respaldados por India y grupos aliados afganos”.

Hasta el momento, ninguna organización se ha atribuido la autoría del atentado. Sin embargo, Pakistán ha enfrentado en los últimos meses una ola creciente de ataques insurgentes, especialmente en las regiones fronterizas con Afganistán, donde operan facciones del Talibán paquistaní (TTP).
Testigos relataron momentos de caos tras la detonación. “La gente comenzó a correr en todas direcciones, había humo, gritos y cuerpos en el suelo”, contó Mohammad Afzal, quien se encontraba dentro del tribunal al momento de la explosión.

Paramédicos y voluntarios trasladaron a los heridos a hospitales cercanos, mientras la policía acordonó la zona en busca de evidencias. La mayoría de las víctimas eran transeúntes o personas que esperaban audiencias judiciales, informaron medios locales.

Horas antes, fuerzas de seguridad informaron haber frustrado un intento de toma de rehenes en un colegio militar en la localidad de Wana, provincia de Khyber Pakhtunkhwa, cerca de la frontera con Afganistán.

El asalto, perpetrado por un atacante suicida en coche bomba y cinco hombres armados, pretendía capturar a cadetes del instituto administrado por el ejército. Dos de los agresores fueron abatidos en el inicio del enfrentamiento y otros tres fueron cercados en un bloque administrativo, según informó el jefe de policía local, Alamgir Mahsud.

El intercambio de disparos se prolongó hasta la mañana del martes. Las autoridades culparon nuevamente al Talibán paquistaní, aunque el grupo negó su implicación en el ataque.

Los dos incidentes han encendido las alertas en Islamabad y otras regiones del país. En lo que va del año, Pakistán ha registrado un aumento sostenido de atentados suicidas y emboscadas contra fuerzas de seguridad, funcionarios y civiles, lo que alimenta el temor de un retorno a los niveles de violencia vividos hace una década.