Según un informe publicado por la Agencia Internacional de Energía (AIE) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el número de personas en el mundo sin acceso a la electricidad ha aumentado por primera vez en una década, situándose en 685 millones de personas en 2022.
En comparación con el año anterior, se registró un incremento de 10 millones de individuos sin acceso a la electricidad, fenómeno atribuido al crecimiento poblacional que superó el desarrollo de las conexiones eléctricas. La crisis energética, la inflación y las tensiones geopolíticas han agravado la situación.
Expertos señalan que la crisis del Covid-19, el aumento de los precios de la energía debido a la guerra en Ucrania, la inestabilidad en Oriente Medio y los desastres naturales en África subsahariana han contribuido a ese retroceso en el acceso a la electricidad.
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Destaca que, entre 2010 y 2022, 18 países latinoamericanos lograron alcanzar el acceso universal a la electricidad. Sin embargo, 2.1 millones de personas a nivel global todavía utilizan métodos de cocción perjudiciales para la salud, como el carbón, el estiércol, la madera o los desechos agrícolas.
En Latinoamérica, alrededor del 35 % de la población rural carece de energías limpias y tecnología para cocinar, lo cual impacta negativamente en la salud de mujeres y niños, siendo el doble de la cifra en las zonas urbanas.
Por otro lado, el informe resalta el crecimiento de las energías renovables, especialmente la solar y la eólica. A pesar de los avances, el informe constata que el mundo no está en posición de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en materia de energía para 2030, que prevén un aumento significativo en la capacidad de producción de energía renovable.