En los últimos meses, una serie de fenómenos meteorológicos extremos han sacudido diversas regiones del planeta, desde olas de calor hasta ciclones tropicales y temperaturas mínimas inesperadamente bajas.
Dichos eventos, lejos de ser aislados, parecen ser parte de una tendencia preocupante en el contexto del cambio climático global.
A pesar de que algunas zonas han experimentado temperaturas extremadamente bajas, como la congelación de las olas del mar en Tierra del Fuego (Argentina) en junio de 2024, no se puede usar este dato como argumento para desestimar el calentamiento global.
“Tierra del Fuego”
Porque se congeló el mar en esa provincia, en una zona al norte de Río Grande.
— Tendencias en Argentina (@porqueTTarg) June 26, 2024
De hecho, investigaciones científicas demuestran que existen umbrales críticos de temperatura que pueden tener impactos significativos en la salud humana.
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Las consecuencias de las temperaturas extremas son diversas y graves. Desde debilidad y mareos hasta enfermedades respiratorias y problemas cardiacos, la salud de las personas se ve directamente afectada por estos fenómenos.
Asimismo, las altas temperaturas, que cada vez son más frecuentes y extremas en todo el mundo, pueden aumentar la morbilidad y la mortalidad de la población.
El año 2023 ha sido registrado como el más cálido jamás documentado, lo que evidencia el impacto del aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero en el clima global.
Este aumento en la frecuencia e intensidad de los fenómenos climáticos extremos, desde la época preindustrial, muestra la urgente necesidad de abordar el cambio climático y sus efectos devastadores para la humanidad y el planeta en su conjunto.