Miles de migrantes han cruzado a Estados Unidos en los últimos días, desde California y Texas, y muchos más aún llegan en autobuses y trenes a la frontera norte de México.

El reciente aumento en las llegadas de migrantes a la frontera, combinado con un número mucho mayor de personas en su camino hacia el norte, así como los migrantes que se trasladan en trenes de carga, sugiere que el efecto disuasivo inicial está desapareciendo.

En la primera quincena de septiembre, autoridades fronterizas estadounidenses encontraron a más de 142 mil migrantes en la frontera con México, según informó este viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Este aumento puso bajo presión a ciudades estadounidenses situadas en la frontera. El pasado martes, el alcalde de Eagle Pass, en Texas, declaró estado de emergencia debido a la “fuerte oleada de inmigrantes indocumentados” en la ciudad.

Te puede interesar: Detienen 60 trenes hacia la frontera de EU por flujo de migrantes

“Enviaremos a los migrantes de regreso”: gobernador de Texas

Por su parte, el gobernador de Texas, Greg Abott, informó que no dejará entrar a los migrantes venezolanos. “Nos negamos a dejarlos entrar y los enviamos de regreso”, señaló.

De acuerdo con el gobernador, la Guardia Nacional de Texas instaló kilómetros de alambre de púas para repeler a los inmigrantes ilegales, después de que el presidente de EU Joe Biden ordenó cortar ese cable y “permitir que los inmigrantes ingresen ilegalmente a Estados Unidos”, aseguró Abott.

El pasado miércoles, un niño de tres años murió después de que su familia intentara cruzar la frontera de Estados Unidos por el Río Grande, informó el Departamento de Seguridad Publica de Texas.

“La Unidad Marina Táctica recibió información sobre un niño arrastrado por la corriente de Río Grande cuando intentaba cruzar el río con su familia al norte de la barrera marina en Eagle Pass”, afirmó la portavoz en un correo electrónico.