La invasión de terrenos en el área conocida como Piedra del Indio, al sur de la capital michoacana, continúa avanzando pese a los esfuerzos de autoridades estatales por contener la urbanización irregular en esta zona de valor ambiental.

Durante los últimos días, decenas de personas han ingresado al predio e iniciado la tala de árboles en la franja de amortiguamiento de una reserva forestal. De acuerdo con vecinos del fraccionamiento Vistas La Huerta, las acciones de los llamados “paracaidistas” han sido reiteradas y cada vez más organizadas.

Los colonos han acusado omisión por parte de autoridades municipales, a quienes responsabilizan por no frenar a tiempo la ocupación de los terrenos. Aseguran que desde hace al menos seis meses advirtieron sobre la intención de varios grupos para establecer asentamientos irregulares, sin acreditar la propiedad de la tierra.

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Los invasores no solo han lotificado el terreno, sino que también han comenzado la construcción de viviendas improvisadas. Esta situación ha encendido las alertas entre los residentes y organizaciones ambientales de la zona.

En respuesta, la Secretaría de Orden Urbano y Movilidad interpuso en abril de este año una denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado por urbanización ilegal en el predio conocido como Bosque de Eucalipto, que forma parte del complejo ecológico Piedra del Indio. Inspecciones realizadas en el lugar confirmaron la fragmentación del terreno y la colocación de sellos de clausura, los cuales fueron posteriormente violados.

Como parte de las medidas de contención, el gobierno estatal ha implementado jornadas de reforestación en el Área Natural Protegida Exescuela Agrícola La Huerta. También se han reforzado los cercos perimetrales y colocado cintas restrictivas en zonas vulnerables. Sin embargo, los intentos por frenar la expansión de asentamientos ilegales no han logrado detener por completo la invasión.

La situación en Piedra del Indio refleja un patrón creciente de presión urbana sobre áreas naturales protegidas, y pone en evidencia la falta de coordinación entre niveles de gobierno para garantizar la conservación del entorno ecológico de Morelia.