La madrugada de este jueves, el vuelo AI171 de Air India, operado por un Boeing 787‑8 Dreamliner (matrícula VT‑ANB), se estrelló en una zona residencial cercana al aeropuerto de Ahmedabad, poco después de despegar con destino a Londres Gatwick.

La aeronave llevaba 242 personas a bordo: 230 pasajeros, incluidos 11 niños y dos bebés, y 12 tripulantes.

De acuerdo con las autoridades locales, se han recuperado al menos 204 cuerpos en el lugar del siniestro, y aunque inicialmente se creyó que no había sobrevivientes, se confirmó la existencia de un pasajero rescatado con vida, encontrado en el asiento 11A.

El avión impactó contra un hostal de estudiantes médicos, lo que provocó también víctimas en tierra, además de lesiones entre residentes y personal del edificio.

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La tripulación envió una señal de Mayday tras el despegue, cuando la aeronave alcanzaba entre 190 y 250 metros de altitud con el tren de aterrizaje aún extendido.

El impacto generó una explosión que se intensificó por el combustible cargado para el vuelo de larga distancia, y obligó al despliegue de 70 camiones de bomberos, equipos de rescate de la Fuerza Nacional de Respuesta a Desastres (NDRF) y corredores verdes para facilitar la evacuación de heridos.

La aeronave, en servicio desde 2013, acumulaba más de 41 mil horas de vuelo y es el primer Boeing 787 implicado en un accidente mortal desde su introducción en 2011.

India y Reino Unido han iniciado investigaciones coordinadas, con participación del AAIB de la India, la DGCA, la NTSB de EUA y el AAIB británico, mientras Boeing y Air India colaboran y ofrecen apoyo a las familias, incluyendo compensaciones económicas por parte de Tata Group y asistencia consular.