La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México reportó un saldo de 100 policías lesionados y 40 personas detenidas tras los enfrentamientos registrados al término de la marcha convocada por la llamada Generación Z en el Centro Histórico. Así lo dio a conocer el titular de la dependencia, Pablo Vázquez Camacho, quien calificó los incidentes como una muestra de organización no vista en movilizaciones previas.

De acuerdo con el funcionario, 60 agentes recibieron atención en el lugar por heridas leves, mientras que 40 más fueron trasladados a hospitales. La mayoría presentó contusiones y cortaduras menores; sin embargo, cuatro de ellos tuvieron lesiones más delicadas, aunque sin riesgo para su vida.

En cuanto a los detenidos, Vázquez Camacho explicó que 20 personas fueron puestas a disposición del Ministerio Público, mientras que otras 20 quedaron remitidas por diversas faltas administrativas. También informó que al menos 20 civiles resultaron heridos, por lo que invitó a los afectados a presentar su denuncia.

El jefe de la SSC señaló que los elementos policiacos no ingresaron al Zócalo hasta que un grupo de manifestantes derribó las vallas colocadas frente a Palacio Nacional. Afirmó además que el personal actuó bajo los protocolos establecidos y respaldó el desempeño de la corporación.

Por su parte, el secretario de Gobierno de la Ciudad de México, César Cravioto, condenó los hechos violentos y aseguró que la convocatoria a la movilización “surgió desde la derecha”. Reiteró que en la capital se respeta la libre manifestación, pero criticó la actuación de quienes recurrieron a la violencia.

Cravioto señaló que la intervención policiaca respondió a la necesidad de proteger Palacio Nacional, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de contener las agresiones contra los uniformados. Añadió que, de no haber ocurrido los intentos por derribar las barreras de seguridad, el saldo “habría sido completamente blanco”.

Aunque la marcha avanzó de forma pacífica durante la mayor parte del recorrido, la situación cambió al llegar al Zócalo capitalino, donde un grupo de encapuchados identificado como parte del Bloque Negro comenzó a utilizar cuerdas y herramientas para tumbar las vallas colocadas en torno a Palacio Nacional.

Tras derribar parte del cerco, los encapuchados se enfrentaron a los policías que resguardaban la zona. Autoridades señalaron además que, a pesar de que la convocatoria estaba dirigida a jóvenes, la participación de este sector fue menor a la esperada.

Después de los disturbios, los manifestantes se dispersaron y la movilización quedó disuelta.