El Banco Central Europeo (BCE) redujo este jueves su tasa de depósitos en un cuarto de punto porcentual, ubicándola en 3.75 %, lo que marca la primera disminución de tasas desde septiembre de 2019 por parte de la institución con sede en Fráncfort.

Dicha medida se produce en un contexto en el que el BCE ha venido implementando un ciclo de alzas de tasas desde mediados de 2022, con el objetivo de contener el crecimiento descontrolado de los precios, especialmente en sectores como la energía y los alimentos.

Si bien esa política logró reducir gradualmente la inflación y acercarla a la meta oficial del 2 %, el banco central ha advertido sobre la incertidumbre en los próximos meses en cuanto a la evolución de los precios.

Te puede interesar: Altas tasas de interés frenan acceso al crédito para empresas

Según el BCE, las proyecciones de inflación han mejorado, pero las presiones internas continúan siendo elevadas debido al crecimiento de los salarios, lo que podría mantener la inflación por encima del objetivo incluso hasta el próximo año.

En ese sentido, la institución calificó los siguientes meses como “agitados” y con poca claridad en cuanto a la evolución de los precios.

A su vez, se espera que el recorte de tasas brinde un nuevo impulso a la economía de la Eurozona, compuesta por 20 de los 27 países de la Unión Europea, en un contexto de recuperación económica tras los desafíos provocados por la pandemia.