Los bebés no deben estar expuestos a ningún tipo de pantalla antes de cumplir su primer año ya que esto afectaría su desarrollo de la comunicación y la resolución de problemas en los años siguientes, reveló un reciente estudio de la revista científica JAMA Pediatrics.
El estudio, liderado por Taku Obara, investigador de la Universidad Tohoku de Sendai, señala que a mayor exposición, más evidentes son los resultados.
Así, más de cuatro horas de pantalla al día se asociaron con retrasos en el desarrollo de la comunicación y la resolución de problemas en las edades de dos y cuatro años.
Sin embargo, en el estudio no se llega a afirmar que las pantallas sean responsables directas de este retraso que, en cualquier caso, tiende a difuminarse a partir de los cuatro años.
Los resultados vienen a confirmar investigaciones anteriores, que muestran una relación entre el tiempo que pasan los más pequeños frente a la pantalla con su posterior desarrollo.
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En 2019, ante la evidencia científica, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que los bebés menores de un año deberían evitar por completo televisión, videojuegos, móviles y tabletas, mientras que los niños de entre dos y cinco no deberían consumir más de una hora al día.
No utilizar dispositivos como “niñeras”
Actualmente, muchos padres utilizan los celulares o las tablets para distraer a los niños pequeños mientras ellos realizan algunas tareas.
Información proporcionada por la OMS revela que solo uno de cada cuatro menores de dos años cumple con los estándares.
“A menudo las pantallas se convierten en cuidadoras y cubren el espacio al que no llegan las familias, muchas de ellas sin que sean conscientes de esas consecuencias negativas”, explica Diana Oliver, autora del ensayo Maternidades precarias.