El presidente Joe Biden anunció una serie de medidas destinadas a frenar las solicitudes de asilo y evitar un aumento en los cruces fronterizos durante el verano.

Dichas medidas, que entrarán en vigor a última hora de este martes 4 de junio, incluyen el cierre de la frontera sur a ciertas solicitudes de asilo hasta que se reduzca sustancialmente el número de cruces en la frontera entre Estados Unidos y México, así como el aumento del umbral para permitir a las personas permanecer en el país.

Para Biden, el verdadero desafío de esa política será demostrar si puede cambiar las percepciones sobre su gestión de la inmigración sin alienar a los votantes y aliados políticos.

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Los progresistas han criticado duramente esas medidas, calificándolas de draconianas y argumentando que empeorarán la crisis humanitaria sin abordar las causas fundamentales de la migración.

En tanto, los moderados y los legisladores de estados indecisos han estado presionando a la Administración para que tome medidas que frenen el flujo de inmigrantes, que están presionando los recursos de las ciudades de todo el país.

Por su parte, los republicanos han desestimado las propuestas como insuficientes y tardías.

Los esfuerzos de los demócratas por revitalizar un acuerdo bipartidista sobre inmigración que fue rechazado por la administración Trump fracasaron, lo que llevó a Biden a tomar acción ahora, antes de la temporada de verano, cuando tradicionalmente se produce un aumento en los cruces fronterizos.