La expansión de técnicas agroecológicas avanza en diversas regiones de Michoacán mediante la operación de 41 biofábricas destinadas a producir insumos que sustituyen a los fertilizantes químicos.

Estos espacios, distribuidos en zonas como Lerma-Chapala, Bajío, Cuitzeo, Tepalcatepec, Meseta Purépecha, Pátzcuaro, Sierra-Costa e Infiernillo, conforman una red que impulsa una transición sostenida hacia prácticas agrícolas menos dependientes de compuestos sintéticos.

Los centros generan más de 375 mil litros de bioinsumos entre lixiviado de lombriz, lombricomposta, humatos de potasio y fijadores de nitrógeno.

Este volumen se aplica actualmente en más de 24 mil hectáreas y contribuye a mejorar la fertilidad del suelo, favorecer el llenado de los cultivos y fortalecer su respuesta frente a episodios de estrés climático.

La producción se orienta principalmente a sistemas agrícolas de aguacate, mango, berries, guayaba, frutillas y granos básicos, atendiendo a más de 400 productores de 34 municipios.

El programa incluye apoyos para la construcción de las biofábricas, capacitaciones y acompañamiento técnico a través del esquema Agrosano.

El modelo prioriza el autoconsumo de insumos por parte de los propios productores, buscando reducir costos, elevar la productividad y consolidar una agricultura más resiliente en territorios donde las condiciones climáticas y del suelo demandan estrategias de manejo sostenible.