Brasil descarta sacrificar a la leona tras la muerte de un joven en zoológico de João Pessoa
evangelio | 2 diciembre, 2025

La muerte de un joven de 19 años en el Parque Zoobotánico Arruda Câmara, en João Pessoa, Brasil, abrió un debate nacional sobre seguridad, responsabilidad institucional y manejo de fauna silvestre. El incidente ocurrió cuando el joven escaló un muro de más de seis metros y superó barreras internas hasta ingresar ilegalmente al recinto de una leona africana, un espacio al que no existe acceso público bajo ninguna circunstancia. El ataque fue inmediato y letal: el personal del zoológico intentó intervenir, pero las heridas fueron irreversibles.

Tras el cierre emergente del parque, equipos de la Secretaría de Medio Ambiente de Paraíba, veterinarios y especialistas del Instituto Brasileño del Medio Ambiente (IBAMA) iniciaron una inspección completa del recinto. Su objetivo fue determinar si existían fallas estructurales, negligencia operativa o deficiencias en los protocolos de contención. Los primeros reportes señalan que las barreras cumplían los estándares exigidos por la regulación brasileña y que el acceso del joven se produjo mediante una escalada no autorizada, algo que el zoológico no había registrado antes.

Las autoridades fueron categóricas: la leona actuó conforme a su instinto y no sería sacrificada, decisión respaldada por organizaciones ambientalistas, expertos en bienestar animal y biólogos especializados en grandes felinos. La postura oficial es que castigar al animal por un acto provocado por la intervención humana sería injustificado y contrario a las buenas prácticas internacionales. En su lugar, la investigación se enfocará en reforzar la seguridad perimetral, revisar cámaras, evaluar tiempos de reacción y examinar si se requieren rediseños de muros para evitar intrusiones extremas como esta.

La tragedia ilustra los límites del control humano frente a animales que conservan comportamientos naturales, por más habituados que estén al entorno controlado. La responsabilidad institucional, señalan, está en prevenir intrusiones, no en “domesticar” el riesgo inherente de animales depredadores.

A medida que avanzan las investigaciones, el parque permanece bajo supervisión estricta. La leona, entretanto, continúa bajo observación veterinaria, sin indicios de estrés o alteración derivada del ataque. Para las autoridades, la prioridad ahora es garantizar que un episodio así no vuelva a ocurrir y fortalecer los protocolos que separan la vida humana de la vida salvaje, especialmente en espacios donde un solo error puede tener consecuencias irreversibles.

Comparte