Las mediciones más recientes del INEGI vuelven a exponer un problema de fondo en Michoacán: la expansión de carencias sociales que afectan directamente la estabilidad cotidiana de millones de habitantes.

Los datos correspondientes a 2024 indican que más de 3 millones de personas en la entidad viven sin acceso a la seguridad social, lo que coloca esta carencia como uno de los desafíos más amplios y persistentes del estado.

El panorama se complejiza al observar que 110 de los 113 municipios mantienen porcentajes superiores al 50 por ciento de su población en esta condición, revelando un alcance prácticamente generalizado.

La medición de pobreza multidimensional, que combina ingreso y acceso a derechos básicos, muestra que el 34.3 por ciento de los michoacanos se encuentra en esta situación.

En los municipios de Charapan, Nahuatzen, Ocampo, Cherán y Madero, la proporción supera el 70 por ciento, lo que evidencia territorios donde la vulnerabilidad económica coincide con rezagos históricos en servicios, infraestructura y oportunidades de desarrollo.

Los indicadores también reflejan restricciones en educación, servicios de salud, calidad de vivienda, servicios básicos y acceso a la alimentación, todos con cifras que afectan a cientos de miles de personas.

Aunque algunos rubros muestran ligeras mejoras respecto a años previos, la carga de carencias sigue pesando sobre gran parte de la población, especialmente en zonas rurales y localidades con menor cobertura institucional.

La información plantea un escenario en el que la falta de seguridad social funciona como hilo conductor de un entramado de precariedades que continúan ampliando la desigualdad en la entidad