Las autoridades sanitarias de Texas advirtieron que el brote de sarampión en el oeste del estado, el más grave en tres décadas, podría extenderse durante meses.
Hasta el momento, se han confirmado 158 casos, aunque se cree que el número real de contagios es mayor.
Jennifer Shuford, titular del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Texas, señaló que su equipo trabaja con hospitales para garantizar suficientes camas para los pacientes infectados.
El brote comenzó en enero en el condado de Gaines, una región con una baja tasa de vacunación, y desde entonces se ha propagado a tres condados vecinos.
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Datos de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) indican que en Texas, el 18 % de los niños en edad preescolar no han sido vacunados contra el sarampión, lo que agrava la situación.
Shuford subrayó la preocupación por la baja cobertura de la vacuna triple viral en el estado, especialmente en las zonas rurales afectadas.
La enfermedad ya cobró la vida de un niño en edad escolar en la ciudad de Lubbock, quien fue hospitalizado y dio positivo en la prueba de sarampión.
Las autoridades han reiterado la importancia de la vacunación, ya que el virus se transmite por contacto directo y sus síntomas iniciales incluyen fiebre alta, tos y secreción nasal, seguidos del característico brote de manchas rojas en la piel.