Mientras en Canadá se establece un debate serio sobre la posibilidad de anexión a Estados Unidos, planteada por Donald Trump, los círculos políticos estadounidenses se toman el asunto a la ligera, considerando la idea como una broma interna.

El primer ministro Justin Trudeau afirmó categóricamente: “No hay ni la más mínima posibilidad de que Canadá se convierta en parte de los Estados Unidos. Canadá nunca será el estado número 51. Punto”.

Por su parte, el líder de la oposición, Pierre Poilievre, reafirmó la independencia de Canadá con una declaración similar, enfatizando la grandeza del país.

Sin embargo, tras la decepcionante reunión de Trudeau en Mar-a-Lago, Canadá ahora se prepara para responder a las amenazas de Trump tanto en el ámbito comercial como en las relaciones internacionales.

Te puede interesar: Tras renuncia de Trudeau, Trump insiste que Canadá se anexe a EUA

Según informa The Globe and Mail, el gobierno canadiense está considerando la imposición de aranceles sobre una amplia gama de productos estadounidenses, que incluyen desde jugo de naranja hasta cerámicas y productos de acero.

Además, Canadá está buscando fortalecer sus relaciones comerciales con China, en un giro estratégico significativo.

El gobierno canadiense ha dejado atrás sus acusaciones de vinculación entre México y China y está dispuesto a reanudar negociaciones comerciales con Pekín.

La embajada china en Ottawa ha expresado su interés en crear un ambiente propicio para la cooperación económica, destacando la importancia del respeto mutuo y la búsqueda de intereses comunes.

Este cambio en la estrategia comercial puede ser clave para Canadá, cuya relación económica con Estados Unidos se encuentra en una encrucijada.

Las exportaciones canadienses a su vecino del sur alcanzaron en 2023 más de 592 mil millones de dólares, un vínculo económico que podría verse sacudido por las amenazas del nuevo presidente estadounidense.