El bullicio habitual del Centro Histórico de Morelia se vio interrumpido este lunes cuando agentes municipales detuvieron a un hombre acusado de tomar fotografías sin consentimiento a una menor de edad en el Jardín de las Rosas, uno de los espacios más concurridos de la ciudad.

De acuerdo con el reporte oficial, fue alrededor de las cuatro de la tarde cuando dos jóvenes se acercaron al módulo turístico de la calle Abasolo, esquina con avenida Madero, para solicitar ayuda. Relataron que momentos antes un hombre había seguido a una de ellas y le había tomado fotografías sin autorización, mostrándose insistente en su comportamiento.

Los oficiales localizaron al sospechoso a unos metros de la Catedral, y tras ser identificado por la víctima, le solicitaron acceso a su teléfono móvil. En el dispositivo hallaron imágenes que coincidían con lo denunciado, por lo que procedieron a su detención inmediata.

El hombre, de aproximadamente 30 años de edad, fue trasladado a la Fiscalía General del Estado, donde se inició una carpeta de investigación por posibles delitos contra la intimidad personal. Hasta ahora, las autoridades no han revelado su identidad ni han confirmado si cuenta con antecedentes penales o registros de conductas similares.

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Mientras se desarrolla el proceso legal, el caso provocó inquietud entre comerciantes y visitantes de la zona. “A veces uno ni se da cuenta de estas cosas, pero cuando son menores, preocupa más”, comentó una mujer que caminaba por el Jardín de las Rosas en el momento del incidente.

Hasta el momento, no se ha establecido si el material encontrado en el teléfono del detenido corresponde únicamente a este hecho o si podría vincularse a otros episodios similares. La Fiscalía trabaja en la revisión del contenido del dispositivo para esclarecer su situación jurídica.

En tanto, autoridades locales han insistido en diversas ocasiones en la importancia de denunciar cualquier conducta sospechosa que ponga en riesgo la seguridad de menores en espacios públicos.

El suceso, aunque resuelto con rapidez por los oficiales, refleja la necesidad de fortalecer los mecanismos de prevención y vigilancia en zonas concurridas, donde actos de acoso y vulneraciones a la privacidad siguen representando un riesgo latente.