Un par de cazas F/A-18 de la Marina de Estados Unidos realizaron un vuelo sobre el Golfo de Venezuela, marcando uno de los acercamientos más cercanos de aviones militares estadounidenses al espacio aéreo venezolano desde el inicio de la estrategia de presión de la administración Trump.
Según registros públicos de seguimiento de vuelos, los aviones permanecieron más de 30 minutos sobre el Golfo, un cuerpo de agua delimitado por Venezuela que tiene unas 150 millas de ancho en su punto máximo. Un funcionario estadounidense de defensa, que habló bajo condición de anonimato, calificó la operación como un “vuelo de entrenamiento rutinario” y aseguró que los jets se mantuvieron en espacio aéreo internacional.
El funcionario señaló que, si bien no se confirmó si los aviones estaban armados, el objetivo del ejercicio era mostrar el alcance de los cazas estadounidenses y no generar provocaciones.
Anteriormente, el Ejército de Estados Unidos había enviado bombarderos B-52 y B-1 a la región, pero estos vuelos se mantenían más alejados de la costa venezolana. A diferencia de los cazas F/A-18, aquellos aviones no sobrevolaron zonas tan próximas al territorio del país sudamericano.
Esta acción forma parte de la creciente presencia militar estadounidense en la región en décadas recientes, que incluye operaciones contra presuntos barcos de narcotráfico en el Caribe y el Pacífico oriental.