Tras la difusión en medios digitales del fallecimiento de un médico al interior de la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en La Piedad, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) anunció el inicio de una queja de oficio en contra de la Fiscalía General del Estado (FGE), por una presunta omisión en la investigación del caso.
Rubiel José E., un médico de 35 años, fue encontrado sin vida dentro del área de vestidores del quirófano del Hospital General de Subzona No. 7 del IMSS en La Piedad. Se especula que se trata de un caso de suicidio.
Según versiones recogidas por medios locales y de manera extraoficial, el médico habría decidido quitarse la vida a causa del presunto acoso laboral que enfrentaba por parte del director de la Unidad Médica, ubicada en esa ciudad del Bajío michoacano.
Trascendió que la víctima habría dejado mensajes que apuntan al constante hostigamiento recibido dentro de su entorno laboral.
La CEDH confirmó que abrió un expediente de queja con base en la posible violación al derecho a una vida libre de violencia laboral, así como por la falta de acciones diligentes por parte del Ministerio Público, que, a decir de los familiares, no ha seguido las líneas de investigación necesarias para esclarecer lo ocurrido.
“Estamos en contacto con los familiares del profesional de la salud, a quienes se les ha ofrecido acompañamiento psicológico y jurídico, en tanto se determinan responsabilidades por posibles negligencias institucionales”, señaló el organismo en un comunicado oficial.
Por su parte, el IMSS Michoacán emitió una escueta postura lamentando el fallecimiento del médico, sin confirmar ni desmentir los señalamientos sobre acoso por parte de personal directivo. No obstante, trabajadores de la unidad médica han exigido que se investigue a fondo y se remueva al directivo señalado mientras se resuelve el caso.
Este hecho se suma a otras denuncias recientes por malas condiciones laborales dentro del sector salud en Michoacán, donde médicos residentes y personal de enfermería han denunciado acoso, sobrecarga de trabajo y falta de protocolos de protección emocional.