Fiscales de Estados Unidos planean usar conversaciones interceptadas al grupo de criminales de Guerreros Unidos como evidencia en contra de Adán Zenén Casarrubias Salgado, alias “El Tomatito”, en el proceso por el caso de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, Guerrero.
Los chats fueron obtenidos en la investigación que se realizaba en contra de Guerreros Unidos por el tráfico de drogas que realizaba exportando a Chicago, y en ellos se revela que varios miembros del cártel tenían conocimiento de lo que sucedía en Iguala.
Aunque hasta el momento, la decisión está siendo analizada por el juez, la defensa de Adán Casarrubias solicitó que se prohíba cualquier referencia a la desaparición de los estudiantes.
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¿Por qué no han sido revelados?
Al ser cuestionado en torno a las conversaciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador explicó que se encuentran en manos de las autoridades desde hace dos años, y no han sido reveladas al público debido a que la investigación continúa en curso, sin embargo, se han utilizado como elementos de prueba en juicios relacionados con este caso.
En conferencia de prensa matutina, López Obrador afirmó que todos los elementos de prueba serán compartidos con los padres de los normalistas desaparecidos y destacó la importancia de obtener el permiso de los padres antes de hacer públicos los audios.
Subrayó la necesidad de ser cautelosos en la divulgación de esta información debido a preocupaciones sobre cómo podría ser utilizada por adversarios políticos.
Aunque se aseguró que ya se cuenta con toda la información pertinente, se insiste en la importancia de respetar el proceso legal y la voluntad de los padres de los normalistas antes de hacer públicos los detalles de las conversaciones.
Cobra sentido la hipótesis del “quinto autobús”
Entre 2012 y noviembre de 2014, las autoridades estadounidenses acusan a “El Tomatito”, junto con otros líderes de Guerreros Unidos, incluyendo a sus hermanos Mario y Ángel, de liderar el contrabando de heroína en autobuses de pasajeros hacia Estados Unidos.
Dicha actividad ilegal dio origen a la hipótesis del “quinto autobús” propuesta por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, de acuerdo con la que uno de los autobuses que abordaron los normalistas de Ayotzinapa la noche del 26 de septiembre pudo haber transportado drogas de forma oculta.