China ha comenzado a eximir discretamente de aranceles a ciertos productos originarios de Estados Unidos, una medida que podría abarcar importaciones por hasta 40 mil millones de dólares.
La decisión, que incluye 131 artículos como productos farmacéuticos y químicos industriales, busca mitigar los efectos adversos de la guerra comercial en la economía china.
Aunque la lista aún no ha sido confirmada oficialmente, medios locales informaron que varias empresas ya han logrado importar bienes incluidos en el listado sin pagar impuestos.
Esta acción recuerda a las excepciones aplicadas por Estados Unidos durante la administración de Donald Trump, cuando ciertos productos fueron excluidos de aranceles punitivos para proteger cadenas de suministro clave.
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Expertos como Gerard DiPippo, del RAND China Research Center, consideran que esta medida no representa un gesto diplomático, sino una respuesta pragmática orientada a proteger la economía nacional.
Al evitar declaraciones públicas, Pekín mantiene un enfoque técnico, priorizando el funcionamiento del comercio exterior por encima del simbolismo político.
No obstante, hay indicios de que las relaciones bilaterales podrían entrar en una nueva fase. El Ministerio de Comercio chino informó que evalúa reanudar el diálogo con Estados Unidos tras recibir señales de interés por parte de Washington.
Esta posibilidad ha generado un clima de mayor optimismo en los mercados financieros internacionales.