La automotriz liderada por Elon Musk, Tesla, suspendió la recepción de pedidos para sus modelos Model S y Model X en China, debido al aumento de costos provocado por la escalada de la guerra de aranceles entre Estados Unidos y China.
La medida se produce en medio de la tensión comercial y después de que Trump aumentara los aranceles a las importaciones chinas.
Como resultado, los vehículos importados de Estados Unidos, como los Model S y X, ahora enfrentan un impuesto del 125 % en China, volviendo inviable su comercialización.
Si bien Tesla no ha emitido una declaración oficial, los analistas apuntan a los elevados aranceles como la causa principal.
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La suspensión de pedidos representa un revés para la compañía, que ya en marzo pasado experimentó una disminución en sus ventas chinas; mientras tanto, la competencia local, como BYD, está ganando terreno.
Actualmente, los consumidores chinos pueden adquirir los Model 3 y Model Y, fabricados en la planta de Tesla en Shanghái y, por lo tanto, exentos del impuesto de importación.
El propio Musk ha criticado la estrategia comercial de la administración Trump y ha expresado su preocupación por la dependencia de minerales raros chinos en la producción de baterías.
En una carta al gobierno estadounidense, Tesla advirtió sobre los efectos perjudiciales de los aranceles para las empresas estadounidenses.