Después de dos décadas al mando, Christian Horner fue destituido este miércoles como CEO y director del equipo Red Bull Racing, “con efecto inmediato”, según anunció oficialmente la escudería.
El británico de 51 años abandona el equipo tras ocho títulos mundiales de pilotos y seis de constructores, marcando el fin de una era en la Fórmula 1.
Su salida ocurre en medio del bajón de rendimiento del equipo, tensiones internas con figuras clave como Jos Verstappen y tras el escándalo de comportamiento inapropiado con una empleada, que aunque desestimado, debilitó su posición.
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La salida de Horner sigue a la del ingeniero Adrian Newey, ahora en Aston Martin, en vísperas de un nuevo reglamento técnico para 2026.
Laurent Mekies, exlíder de Visa Cash App Racing Bulls, toma las riendas de Red Bull Racing, mientras que Alan Permane asume la dirección del equipo filial. Ambos buscarán estabilizar a una escudería que atraviesa uno de sus momentos más inciertos en años.
Con apenas una victoria en las últimas nueve carreras, Red Bull ya no domina la parrilla como antes.
El cambio de liderazgo representa un intento por recuperar el rumbo antes de que se redefina el panorama de la F1 en la próxima temporada. Al 9 de julio, Max Verstappen no ha renovado con el equipo y su continuidad es incierta.