Una expedición internacional de investigación confirmó la existencia de un enorme acuífero de agua dulce oculto bajo el lecho marino frente a la costa noreste de Estados Unidos, entre Nueva Jersey y Maine. El hallazgo, resultado de la Expedición 501, marca un avance pionero en la exploración de reservas de agua en zonas oceánicas.
Los equipos de investigación extrajeron miles de muestras, algunas con niveles de salinidad tan bajos que podrían considerarse agua potable.
Los científicos estiman que la magnitud de este acuífero sería suficiente para abastecer a una ciudad del tamaño de Nueva York durante siglos, aunque su explotación enfrenta retos técnicos, legales y ambientales.
Expertos advirtieron que aún deben determinar si el agua proviene de glaciares antiguos o si continúa conectada con sistemas terrestres de recarga. Además, señalaron que un uso indebido podría alterar ecosistemas marinos y comprometer la sostenibilidad de las reservas subterráneas costeras.
El hallazgo ocurre en un contexto de creciente preocupación global por la escasez de agua dulce. La ONU advierte que en menos de cinco años la demanda mundial podría superar la oferta en un 40 por ciento, lo que convierte a estas reservas ocultas en un recurso potencial de gran valor estratégico.