Lo que antes parecía ciencia ficción hoy es una industria en crecimiento. La empresa estadounidense ViaGen ha transformado el duelo por la pérdida de animales de compañía en un mercado lucrativo, ofreciendo servicios de clonación para perros, gatos y caballos con una tasa de éxito cercana al 80%. Desde 2015, la compañía afirma haber “traído de vuelta” a más de 1,000 mascotas, cobrando tarifas que rondan los 50,000 dólares por procedimiento.

La técnica utilizada es la transferencia nuclear de células somáticas. Este proceso consiste en extraer el material genético del animal fallecido e insertarlo en un óvulo donante al que se le ha quitado su propio núcleo. Posteriormente, este embrión se implanta en una madre sustituta que gesta al clon. Sin embargo, expertos como la veterinaria Rebecca Greenstein advierten que el parecido físico no garantiza una réplica de la personalidad, ya que el comportamiento está profundamente influenciado por el entorno y las experiencias de vida.

A pesar del notable parecido visual, el impacto emocional para los dueños puede ser complejo. Testimonios como el de Venessa Johnson, quien clonó a su perro Oliver, revelan que aunque los ojos del nuevo animal eran idénticos, la sensación era la de estar frente a un ser completamente distinto. Mientras tanto, organizaciones como PETA han alzado la voz con críticas éticas, argumentando que la clonación ignora la crisis de sobrepoblación animal y exhortando a la población a optar por la adopción de los millones de perros y gatos que necesitan un hogar.