Rosario Piedra Ibarra fue reelecta como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), lo que generó un amplio descontento, tanto en Morena como entre la oposición.
A pesar de ser la peor evaluada de los 15 aspirantes, se impuso en el Senado con 87 votos a favor, a pesar de que las evaluaciones favorecían a otros candidatos como Paulina Hernández y Nashieli Ramírez.
La falta de una votación en secreto, como se había propuesto, también ha sido un punto de controversia.
A pesar de que hubo un intento de rebelión por parte de algunos senadores, Adán Augusto López Hernández calmó las aguas argumentando que la reelección de Piedra Ibarra era una “decisión de Estado”.
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La situación se ha complicado aún más por las acusaciones de que el proceso de selección fue manipulado políticamente.
Las críticas cuestionan el desempeño de Piedra Ibarra en su papel al frente de la CNDH.
Finalmente, el proceso de selección, que incluyó un parlamento abierto y la evaluación de casi 50 aspirantes, fue desestimado en favor de una decisión que muchos senadores consideraron arbitraria y contraria a los principios del partido.