Colombia sufrió este jueves una serie de atentados terroristas que dejaron un saldo provisional de 18 muertos y decenas de heridos, generando un renovado clima de violencia y la declaración de “máxima alerta” en el país.

El primer ataque ocurrió al mediodía en una zona rural de Antioquia, donde un dron derribó un helicóptero de la Policía Nacional, provocando la muerte de 12 efectivos y heridas a cuatro más.

Posteriormente, un carro bomba explotó cerca de la Base Aérea Marco Fidel Suárez, en Cali, causando seis muertes y 70 heridos.

El presidente Gustavo Petro responsabilizó de los atentados a grupos vinculados con el disidente guerrillero Iván Mordisco, al Clan del Golfo y a la Segunda Marquetalia, calificando sus acciones como terroristas y solicitando su persecución internacional.

Además, viajó a Cali para presidir una reunión del Consejo de Seguridad junto con autoridades de defensa y policía.

En paralelo, el ministro de Defensa anunció recompensas por información que permita prevenir nuevos ataques y advirtió que se mantienen en máxima alerta. Este viernes, un nuevo atentado con explosivos afectó la infraestructura urbana en Caquetá, sin reportar víctimas hasta el momento.