Las tarjetas de crédito son una herramienta financiera ampliamente utilizada, cuando la usas, el banco está prestando dinero por ti, con la expectativa de que lo devolverás en el futuro; sin embargo, no es gratis, ya que los intereses son una tarifa que pagas por utilizar dinero que aún no has reembolsado.

Los intereses sirven para compensar al banco por el riesgo asociado con el préstamo de dinero; también contribuyen a financiar las operaciones del banco y son una fuente significativa de ganancias para los bancos, que buscan obtener beneficios para sus accionistas.

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Tanto la Reserva Federal en Estados Unidos como el Banco de México han aumentado sus tasas de interés para hacer que sea más costoso el crédito, con el objetivo de que los comerciantes reduzcan sus precios y se controle la inflación.

Los intereses se acumulan si no pagas la totalidad de tu saldo entre dos fechas de corte, lo que te llevará a exceder el período de gracia y, en consecuencia, a pagar más por el dinero prestado.

Cualquier nuevo cargo que realices durante el ciclo de facturación también acumulará intereses, aumentando tu deuda total, por lo que es muy importante ser precavido al momento de utilizar una tarjeta de crédito para evitar complicaciones en el futuro.