La tristeza es una emoción inevitable en el trayecto de la vida de cualquier persona; ese sentimiento se caracteriza por una sensación de pérdida, ya sea por un individuo, un objeto valioso o cualquier otra cosa significativa para la persona.

Situaciones como el rechazo, despedidas, enfermedades y la muerte pueden desencadenar esta emoción, que se considera una de las más duraderas.

A nivel emocional, la tristeza puede provocar sentimientos de protesta, resignación e impotencia, así como impactar físicamente en el cuerpo, generando un mayor deseo de aislamiento y falta de energía.

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Para abordar la tristeza, los expertos enfatizan la importancia de comprender y enfrentar esta emoción hasta que pase.

Aunque la tendencia de muchas personas es buscar conductas de evasión, como comer en exceso, fumar o beber, esos comportamientos pueden tener repercusiones negativas en la salud física y mental.

Según estudios, las emociones suelen alcanzar su punto máximo en cuestión de segundos o minutos para luego disminuir gradualmente. Por lo tanto, es fundamental permitirse experimentar la tristeza y darle su espacio, en lugar de buscar maneras de evitarla que puedan ser perjudiciales a largo plazo.