Las condiciones de trabajo inadecuadas, como el tipo de contratación, los salarios bajos y la falta de acceso a la seguridad social, están generando un entorno de incertidumbre que repercute negativamente en la salud mental de los empleados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que “los trabajos mal pagados o inseguros a menudo carecen de las protecciones adecuadas, lo que deja a los trabajadores más expuestos a riesgos psicosociales”.

Expertos subrayan que el diseño de las tareas, las relaciones laborales y las condiciones de trabajo son fundamentales para mantener una buena salud física y mental.

En ese sentido, la prevención debe enfocarse más en la seguridad laboral y en una cultura de trabajo adecuada que en los programas de bienestar.

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La OMS y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estiman que la depresión y la ansiedad provocan anualmente una pérdida de 12 mil millones de días de trabajo, resultando en una merma de un billón de dólares para la economía global.

Investigaciones realizadas por la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona indican que los trabajadores con mayor estabilidad laboral presentan menos días de ausencia por trastornos mentales en comparación con aquellos con trayectorias laborales inciertas.

Un estudio de Mercer revela que el estrés financiero afecta a cinco de cada diez personas, de las cuales el 20 % admite dedicar cuatro días laborales a la búsqueda de soluciones financieras.

La falta de un pago justo no solo genera un estrés económico, sino que, a mediano plazo, puede provocar daños significativos en la salud física de los trabajadores.