La Organización Internacional del Vino (OIV) informó que el consumo mundial de vino durante 2024 alcanzó los 214.2 millones de hectolitros, lo que representa una caída del 3.3 % en comparación con el año anterior y marca el nivel más bajo desde 1961.
La cifra fue dada a conocer durante una conferencia de prensa en la que también se abordó la incertidumbre que atraviesa el sector debido a nuevos aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos.
Entre los países más afectados por la caída en el consumo se encuentran Estados Unidos y Francia, con descensos del 6 % y 4 %, respectivamente. John Barker, director general de la OIV, atribuyó esta tendencia al cambio de hábitos de los consumidores, las diferencias generacionales y el aumento de precios impulsado por la inflación global.
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Además, la producción mundial de vino también disminuyó, con 225.8 millones de hectolitros, un 4.8 % menos que en 2023, debido principalmente a fenómenos climáticos extremos que afectaron la salud de los cultivos en varias regiones.
Esta situación derivó en una estabilización del comercio internacional, con una ligera baja tanto en volumen como en valor respecto al año anterior.
En contraste, se espera un leve repunte en la producción del hemisferio sur, con una proyección de 47 millones de hectolitros, lo que supone un aumento del 2.6 %.
Este crecimiento se registrará en países como Argentina, Brasil, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, mientras que Chile enfrentará una disminución, según los datos nacionales recopilados por la OIV.